#007 – Privacidad sexual

Advertencia: Bueh… creo que este artículo no puede ser leído por menores de edad puesto que hay cositas que pueden ser malinterpretadas (por las mentes ociosas de más de un puberto). Obviamente, solo estoy escribiendo sobre sexualidad, sin embargo nunca faltan los chamitos que creen que esto es material pornográfico o parecido. No voy a decirte que no lo leas (si eres menor de edad, claro está) porque mi intención es informar y educar (a mi manera: con palabras fáciles de entender, explicaciones claras y mucha jerga coloquial), pero por favor, si decides continuar, haz la lectura usando tu cerebro, olvídate de los impulsos, de la presión que seguramente te ponen tus panas y de todo los demás que pueda estorbarte y, si tienes dudas sobre cualquier tema, no dudes en preguntar (pero a alguien que sepa de sexualidad, no solo de sexo). Este articulo no está escrito para juzgar a nadie ni para satisfacer las neuronas de los pornófilos que esperan links donde descargar más material para su valiosa colección. Estos párrafos no son más que el resultado de mi necesidad de expresar (como siempre) las cosas que siento y, aunque está dedicado a una de las chicas más bellas que he conocido por casualidad (o sea, es una belleza: tiene ojos grandes y expresivos, una boquita chiquita pero apapachable y un cuerpo que… en fin), no todo el crédito es para su “creatividad” (jajaja, “creatividad”, me encanta); como dije anteriormente, este articulo es parte de las cosas que siento, lo que me gusta, y bueh…

Casi todo el país conoce a Roxana Días y no precisamente por sus novelas (me encantó en “Mis tres hermanas”) sino por el videíto que sirvió de agosto a cuanto buhonero hubo en la calle ese año. En ese video veíamos (yo lo vi) a una Roxana desatada, desinhibida y sin temor a nada, solo disfrutando de una de las cosas más maravillosas que cualquier ser humano (y más las mujeres por sus capacidades ultra-híper-sensoriales) pueda tener: el sexo. Muchas personas la juzgaron de loba, decían que no se quería a sí misma (bueh… en realidad eran cosas peores) y ni hablar del pana Jorge Reyes. Yo pregunto ¿hicieron algo malo? O sea, yo vi el video cuando tenía como 15 años (no recuerdo bien) y solo vi a la mujer de mis sueños (lo digo muy en serio, nada de morbo), o sea, una chica que disfruta del sexo, que hace las cosas que le gustan porque les gusta, que no se preocupa por lo que dirán los demás, total, la idea es pasarla bien. Que a Jorge Reyes “le metieron el dedito” ummm… todo el que tenga nociones básicas de anatomía genital (o como se diga) sabe que la próstata (el punto “G” del hombre) se encuentra (por simple casualidad) en la región anal; si a ese chamo de le dio la real y regalada gana de que le estimularan su punto “G” ¿qué tiene de malo? ¿Eso lo hace menos hombre? ¡Por favor! (no continúo dando explicaciones para no desviarme del tema, aunque aclaro sin temor al “qué dirán” que, aunque no me han “metido el dedo” tengo que admitir que la estimulación de ese espacio que queda entre el ano y los testículos se siente muy, pero muy rica… ¿eso me hace menos hombre?).

El año pasado en unas de esas búsquedas que hago por Internet para hacerle publicidad a mi (muy modesto) blog, encontré el correo de una chica y, aunque al principio solo quería fastidiarla (estemos claros, eso de decir a cada a rato “hola, ¿revisaste mi blog?” es una lala), con el tiempo llegamos a tener un poco de confianza y bueh… una noche (Recuerdo esa noche, jejeje) ella me contó su caso: ummm… Ella es (¿o era?) bisexual y tenía una novia con la que se tomó unas cuantas foticos haciendo muchas “cositas dulces” y las guardó en su computadora… ¿saben que pasó luego? (jajaja, me encanta el drama) Un chamo (bueh… todavía no se sabe si fue una chama) las copió y las mandó a medio mundo por correo (electrónico, si lo hubiera hecho por MRW se arruina, jejeje), incluyendo a los padres de las involucradas (parece una novela, jajaja) bueh, obvio que a los papás les dio la moridera y decidieron separarlas (a la novia la mandaron pa’l no sé dónde) y hasta le cambiaron el numero de telf., no le dieron direcciones, etc. un final muy trágico porque ella me dijo que estaba full enamorada ¡ah! Y ahora que recuerdo a la chica que mandaron lejos nunca había tenido novia, o sea, mi amiguita había sido su primera vez (¡Naguará! con esto hago una película bien buena).

A partir de ahí empecé a hacer algunas encuestas entre mis contactos (y desconocidos) para saber que opinaban sobre el tema. La mayoría de las respuestas eran negativas: “esa chama es una puta”, “bien hecho que las descubrieron”, “¿Tú tienes esas fotos? Pa’ que me las mandes”, etc. o sea, muchos se preocuparon más por juzgar la acción (las fotos y el lesbo) que por entender que esas chamas al igual que tú, yo y cualquiera, son seres humanos, que tienen el derecho de hacer cualquier cosa que la haga feliz (no importa cuántos errores comentan). ¿Que son un par de locas? ¿Y qué? Mi encuesta era una de las tantas pruebas psicológicas que hago de vez en cuando para demostrar que es una nota usar el dedo índice para señalar, en fin, mi opinión personal: el sexo se hizo para disfrutarlo, o sea, sino ¿para qué carrizo tenemos órganos con tantas terminaciones “cosquilludas”? además estamos en una época donde el “sexo plano” (así le digo yo a ese sexo que es solo un “mete-saca” y ya, sin juegos, y para colmo en misionero) ya está descartado, si a mí (por ejemplo) me dieran ganas de tener una sesión fotográficas de esas estilo urbe bikini (pero más mórbida, así con lingerie de calidad y mucha, mucha sugestividad… y juguetitos, ¡me encantan los juguetitos! jajaja) o… ummm… algo más lolly-pop (los otakus me entienden) con mi tublishita… eso asumiendo que ella aceptara ¿debería negarme? Yo creo que no. Lo único que podría hacer es (lo que siempre hago) encriptar los archivos para que, aunque alguien logre copiarlos (y mandárselos a mi mami), no puedan abrirlos (ni revisarlos, ¡ni nada!) en ningún lugar del mundo (nociones básicas de seguridad informática, tengo mucha información que proteger, jijiji).

Señores, sé que la televisión (sí, le tengo la guerra declarada a los medios de comunicación en masa, jejeje) al igual que otros medios (saludos al Internet) nos han enseñado a ser voujeristas (o sea, esos que disfrutan viendo) pero, debemos aprender a respetar la privacidad de otros, o si no, a no juzgarlos por tener el valor de hacer cositas que aunque seguramente nos han pasado por la mente, nunca las hemos hecho por temor. ¡He dicho!

¡Al fin terminé tu artículo, bebé! Espero que te haya gustado (no tienes idea del trabajo que pasé antes de poder escribir la primera línea, jajaja. Ya ni recuerdo cuando fue que empecé, aunque sé que fue varios días después de que me echaste el cuento). Si puedes déjame un comentario, necesito saber qué piensas. Por cierto, hoy es domingo, 06 de abril de 2008. Son las 2:11 p.m. (GMT -4:30). Ahorita estoy en mi pueblito porque en la UNEXPO suspendieron las inscripciones. ¡Están haciendo parrilla en mi casa! Jijiji.